
«De la crítica al cambio: el desafío de profesionalizar las peluquerías afro»
Hola, Curly.
Si has seguido este blog desde hace tiempo, ya sabes que nació con un propósito claro: empoderar a las mujeres negras, hoy, y del mañana, sin importar su edad, color, procedencia o religión. Esta misión nos ha acompañado durante más de catorce años. Pero empoderar no significa ignorar lo que hacemos mal. Tampoco significa aplaudirlo todo, porque si no fuéramos críticos, ¿cómo podríamos fomentar el cambio o impulsar nuestro progreso?
Y aquí va la verdad, una que me duele profundamente: muchas veces, no mostramos interés por aprender, mejorar o inspirarnos en quienes ya están haciendo las cosas bien. ¿Un ejemplo? El estado de algunas de nuestras peluquerías afro.
En serio, ¿qué está pasando? Nos quejamos de que en Europa no nos tratan con respeto ni consideración, pero somos las primeras en tratarnos entre nosotras como si no valiésemos nada.
Imagina esto: entras a una peluquería. Nadie te saluda ni te dice «buenos días». En su lugar, te reciben con una mirada de arriba abajo que te hace sentir como un artículo en un supermercado, y no precisamente uno que van a comprar con gusto.
Preguntas por los precios. No hay carteles. Te mandan sentar y, si insistes en saber cuánto cuesta, te miran otra vez con desdén. A veces hasta cuchichean entre ellas en otro idioma, como si estuvieran decidiendo cuánto te van a cobrar según les caigas. Cuando por fin te dicen el precio, sabes que es desorbitado.
Y aquí no termina la experiencia. Miras a tu alrededor y el «salón de belleza» no parece un salón. Parece un almacén o un bar. Hay niños correteando por todas partes, bebés siendo amamantados, y familiares o amigas que están ahí, no para trabajar, sino para charlar o comer patatas fritas en plena jornada.

¿Higiene? A veces brilla por su ausencia. Una peluquera que te está haciendo las trenzas puede estar cargando a su bebé en la espalda mientras este llora, o peor aún, limpiarse las manos en un trapo dudoso antes de tocar tu cabeza. En ese momento piensas: «¿De verdad voy a dejar que esta persona toque mi cabello?». Y aunque quieres las trenzas, terminas levantándote y diciendo que regresarás otro día. Pero sabes que no volverás.
Lo más triste es que esta no es una experiencia aislada. En muchas peluquerías afro faltan la limpieza, la atención y la profesionalidad. Muchas «peluqueras» aprendieron a hacer trenzas o cosidos con familiares o amigas, pero no tienen ni idea de cómo teñir o cortar el cabello. Y aun así, abren salones y se autodenominan «profesionales».
¿Y qué pasa después? Les cierran el negocio o los asiáticos les «ganan la partida». Pero, ¿realmente les sorprende? No se puede competir si tienes los pies en Europa, pero la mentalidad sigue anclada en la aldea donde «todo vale».

Lo peor es que las clientas afro, como yo, terminamos yendo a esos lugares porque no tenemos otra opción. Porque en muchas peluquerías españolas o latinas, nos rechazan diciendo: «Ese pelo no lo hacemos aquí», mientras nos miran como si fuéramos unos bichos raros.
Al final, muchas mujeres negras terminan en peluquerías asiáticas, porque al menos ahí encuentran precios claros, un servicio mínimo aceptable y una experiencia más cercana a lo que debería ser una peluquería de verdad.
Así que este es mi mensaje para las peluqueras afro:
Si quieren que volvamos a sus peluquerías, respeten a sus paisanas y valórenlas como merecen. Dejen de juzgarlas por su origen, acento, nivel de español o aspecto. Sean claras con los precios, mejoren la higiene y profesionalicen su trabajo. Porque si no lo hacen, buscaremos alternativas. Y créanme, las hay.
Es hora de cambiar, porque nuestras clientas lo merecen y nuestra comunidad lo necesita.😊

Para aquellas, que lean mi post y quieran cambiar la forma en la que llevan su salón y el trato a sus clientas. Aquí dejo este manual ¡Recuerda que todo lo que aprendas en este libro será para ti!
Recepción y atención al cliente en salones de peluquería y estética. MF25
Espero, Curly, que este post sirva para que nuestras peluquerías y lugares de belleza mejoren. Si te ha gustado este artículo, deja un comentario.
Un saludo. Hasta el próximo post.





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