«Pequeños hábitos, grandes cambios: descubre el poder del ahorro sencillo»

Hola, Curly

La mayoría de las personas comunes, especialmente quienes tienen un sueldo mileurista o incluso por debajo, saben lo difícil que es ahorrar dinero —o al menos intentarlo— sin sentir que están fracasando en el intento. ¿Alguna vez te has sentido como si reunir 100 € en tu cuenta fuera una hazaña imposible? ¿Como si cada euro que entra saliera disparado en cuanto ves ese producto tan atractivo anunciado en Instagram o en la televisión?

Esos anuncios casi te gritan que ese producto no solo te hará feliz, sino que te sacará de la rutina, del estrés financiero y te convertirá en la persona más admirada de tu entorno. Vamos, que si lo compras, alcanzarás la satisfacción total. Y claro, con tantas “ofertas de felicidad” por todas partes, ahorrar con un sueldo bajo empieza a parecer una misión imposible.

Pero no lo es. De verdad.

La fórmula que te propongo es sencilla y se resume en una frase: “el dinero cunde”. No necesitas ahorrar grandes cantidades de una sola vez. Te lo explico con un ejemplo simple: ¿recuerdas cuando de pequeños coleccionábamos cromos? Nuestros padres nos compraban uno o dos, y poco a poco íbamos llenando el álbum hasta completarlo, sin apenas darnos cuenta. Esa misma lógica se puede aplicar al ahorro con poco dinero, incluso si tienes un sueldo ajustado o eres mileurista.

Y ojo, no te digo que no leas libros de finanzas como Padre Rico, Padre Pobre —son útiles para entender cómo funciona el dinero— pero también hay que ser realistas. Si apenas puedes guardar unos euros a la semana, hablar de inversiones o comprar propiedades no tiene mucho sentido… todavía.

Yo misma tuve que reaprender esto. Antes ganaba más dinero y, claro, me era fácil ahorrar. Pero no era buena ahorradora, simplemente tenía más ingresos. Con el tiempo dejé de aplicar la fórmula más básica del ahorro, convencida de que solo quienes tienen sueldos altos podían lograrlo. Pero no es así.

Así que aquí va: la fórmula básica del ahorro para mileuristas o para cualquiera que quiera llegar a fin de mes sin renunciar a vivir. Consiste en tres pasos principales:

1. Paga tus deudas primero

No puedes ahorrar de forma efectiva si debes dinero. Aunque sea una pequeña cantidad, ese dinero no es tuyo. Haz un listado de todas tus deudas y ve tachando las que vayas cancelando. Tu primer objetivo es sanear tus cuentas.

2. No compres lo que no necesitas

Evita gastar por presión social o emocional. No compres algo solo porque los demás lo tienen o porque te prometen que te “cambiará la vida”.

3. Controla tus gastos

Haz una lista (en papel o en Excel) de todos tus gastos mensuales y anuales, tanto fijos como variables. Identifica cuáles puedes reducir y en qué estás gastando de más. Esto te ayudará a saber cuánto necesitas para cubrir tus necesidades reales.

Revisa tu despensa y tu nevera antes de ir al supermercado. Llevar una lista de compras es clave para evitar gastos impulsivos.

Distribuye tu dinero al cobrar

Cuando cobres tu sueldo, divide el dinero en las siguientes categorías:

  1. Alquiler o hipoteca
  2. Servicios básicos (agua, luz, calefacción, etc.)
  3. Gastos personales (seguros, ayudas, donaciones, etc.)
  4. Presupuesto personal (para caprichos, un café, un libro, etc.)
  5. Pago de deudas
  6. Alimentación
  7. Transporte
  8. Ahorro – Esta debe ser una cantidad fija que puedas mantener mes a mes. ¡Nunca debe disminuir! Si tu situación mejora, puedes aumentarla, pero jamás bajarla.

¿Y si no te queda casi nada?

Supongamos que, después de cubrir todos tus gastos, te quedan 50 €. Divide esa cantidad en dos:

  • 30 € para tu presupuesto personal (algo para ti, sin culpa).
  • 20 € para ahorrar.

Lo ideal es que el ahorro se mantenga constante. Si un mes estás más apretado, puedes reducir tu presupuesto personal, pero trata de no tocar lo destinado al ahorro. Y si algún mes no puedes ahorrar, el siguiente mes deberías ahorrar el doble (en este ejemplo, 40 €). La constancia es lo que hace la diferencia.

Por ejemplo, ese café que tomas fuera, puedes prepararlo en casa y sumarlo a tu ahorro. Pero eso ya es decisión tuya.

Ahorrar no tiene por qué ser una tortura ni una misión imposible. Solo necesitas una estrategia realista, compromiso contigo mismo y constancia. Empieza con poco, como cuando llenábamos el álbum de cromos. Paso a paso. Moneda a moneda. El dinero cunde.

¿Te animas a intentarlo?

Espero, Curly, que este post te haya sido útil y te anime a comenzar (o retomar) el hábito del ahorro.

Para que puedas profundizar y perfeccionar aún más esta idea, te recomiendo leer el libro El hombre más rico de Babilonia. A mí me ha ayudado muchísimo, no solo por sus enseñanzas financieras, sino porque me permitió reconectar con un concepto de ahorro que aplicaba de pequeña y que me funcionaba muy bien. Además dandole al #enlacepatricinado y comprar el libro ayudas amantener este blog y su contenido gratuito.

En ese entonces, no pensaba en grandes cantidades ni en metas imposibles. Simplemente ahorraba por el hecho de ahorrar. Y esa mentalidad, créeme, hace toda la diferencia. or cierto, disculpa la errata en la palabra ahorrar del título; ya la hemos corregido. Siempre intentamos mantener la calidad de nuestros posts. Si detectas cualquier otro fallo similar, no dudes en comentárnoslo: lo corregiremos de forma inmediata.

Un saludo. Hasta el próximo post.

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