
Spoiler: a mí me llevó directo a urgencias con bronquitis y un agosto más dramático que una telenovela turca.
Hola, Curly.
Perdona por haberme saltado nuestras citas de martes y miércoles, pero estuve hecha un trapito: Estaba trabajando en mi libro por las noches como una posesa, dándole a las teclas como si me fuera la vida en ello, porque quería tenerlo listo a tiempo. Y en medio de esa maratón creativa, va la vida y me suelta: “¡Sorpresa, Carmen, toma una bronquitis aguda para que escribas en modo dramático!”Sí, una bronquitis aguda, cama obligatoria y agosto perdido. Yo, que me veía feliz terminando mi último libro “Afro Motivación para la comunidad de mujeres afrodescendientes” Pero, acabé con un ¡zas! En toda la boca. Mi gozo en un pozo.
El asunto empezó un lunes cualquiera, de esos normalitos. Me hice mi desayuno coreano (porque una necesita energía guerrera para sobrevivir a los lunes), me fui a trabajar y hasta me hice un listado de lo que haría en los dos días siguientes. Tenía una tos leve, pero pensé: “Bah, es verano, y el aire acondicionado está a todo trapo en todas partes. Un poco de frío no mata a nadie, Carmen”.
Y yo, inocente, me puse a planear mis vacaciones. Pero ya sabes cómo es esto: uno planea y la vida se parte de risa. Seguro que pensó: “Qué ingenua, este va a ser tu agosto inolvidable”.
Total, que el jueves volví al trabajo y empecé a toser. Al principio lo tomé con calma: “Será el té de menta, será el aire acondicionado”. Pero nada: la tos se multiplicaba, la voz se me iba, la cabeza me explotaba y yo sentía que unos scouts habían montado una fogata en mi cerebro para asar nubes. Aun así, me repetía: “Esto es solo el cambio de temperatura, Carmen”. ¡Ja! Mientras tanto, intentaba vender algo a un cliente y salía más posesa que vendedora.
“Yo de aquí no me voy hasta terminar la jornada”, me dije, aunque ya parecía un pollo a la parrilla.
Llegué a casa derrotada, me tomé dos sobres de frenadol (que dicen que curan todo menos la estupidez humana, claro) y dos ibuprofenos para no hacerle el feo a la ciencia. Me metí en la cama convencida de que al día siguiente vendería como un gurú motivacional. Spoiler: no. Acabé en urgencias, como diría Rosalía: ¡malamente, tran, tran! Bronquitis aguda.
Y como si fuera poco, el viernes ingresaron a mi madre. Así que ya ves, Curly: este agosto ha sido, como diría la reina de Inglaterra, un annus horribilis.
Claro, siempre puede ser peor. La vida es como una guionista caótica que te suelta un libreto sorpresa y exige que lo aprendas para ayer. No acepta quejas, porque según ella el papel está hecho a tu medida… aunque tú no entiendas nada del culebrón. Y te dices: mientras unos comen caviar en Bali, a mí me toca bronquitis y hospital.
Pero bueno, entreguémosle todo a la vida. Que la próxima vez, por lo menos, me dé un guion donde me toque un papel mejor.

Aquí te dejó la portada del nuevo libro»Afro motivación»l, para que vayas viendo que te parece y me des tu opinión. Que ya sabes que la valoro mucho. Y en cuanto este listo para la venta te lo digo aquí, en este tu blog.
¡Próximamente!

Texto, imagen y portada del libro propiedad de Carmen Mangue. curlymangue.org
Recordarte también, que estoy preparando un concurso en el que regalaré el libro «La vida que mereces» Lo anunciaré en YouTube en cuanto lo tenga todo organizado. El ganador se llevará el libro. ¡Ya te contaré!
Un saludo. Y me alegro de volver a este nuestro espacio.
Carmen Mangue





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