He querido hacer este post porque lo prometí, pero también porque cada día hay más parejas multirraciales. En este caso me refiero en concretamente a las que están compuestas por una mujer blanca y un hombre negro, o viceversa. Eso lleva a tener niños que están en medio de las dos razas, y como consecuencia la diversidad física del niño. Esta claro , que si en una pareja del mismo color no se puede elegir como quieres que tenga tu hijo el pelo o el color de ojos en una mista tampoco. Por eso Hoy vamos hablar de un problema que sufren sobre todo las niñas , porque a nivel social tienen más presión para ser perfectas y encajar en el estándar de belleza del país que viven. Pero que pasa cuando eso no es posible, porque la niña nace con el pelo rizado y no liso como su madre o la mayoría de su entorno social. Qu nace el conflicto interno, comienza hacer preguntas a su madre o padre como -¿ Porque no tengo el pelo liso como tú? puesto que identifica el pelo liso como símbolo de belleza al igual que la piel clara. Es posible que la madre en vez de explicarle el porque de su pelo rizado y fomentar su auto estima explicándola que hay diferente tipos de personas y de belleza, que ella es bonita y su pelo también. Lo que deciden es alisarle el pelo , ya sea por comodidad según ella o por la presión familiar y del colegio que muchas veces fomenta el problema negándose a que el niño o la niña lleva su pelo natural rizado a la escuela alegando que nuestro tipo de pelo tiene más facilidad de tener piojos. Algo que me parece estúpido y de personas ignorantes . Ya que yo fui a un internado donde éramos cincuenta niñas, y les aseguro que los piojos no diferencian ni selecciona tipo de cabello. Lo mismo les da que sea liso o rizado. Pero con esta actitud de negar a la niña que vaya al colegió con su cabello natural, no hace sino fomentar la falta de auto estima y convertirla en el blanco de burlas, de los otros niños que no ven el cabello de de su compañera como al normal , parte de la diversidad que hay en el mundo. Es importante que la niña o el niño sienta que las diferencias son buenas y están dentro de la normalidad.
Después de esta pequeña introducción os dejo,este interesante articulo que trata este tema. Y que además tiene las opiniones de algunas madres.
Shanel Marie Veras García, con diez años de edad y amor por el baile y el canto, se presenta como el ejemplo perfecto de aceptación desde temprana edad. Lleva su pelo al “natural” y se siente orgullosa por ello. “Me gusta de mi cabello que no tiene ningún tipo de químicos. Es muy práctico porque no tengo problemas cuando salgo con él suelto y hace frío o llueve”, dice.
A pesar de que se acepta con su cabello sin procesar, en el colegio no le permiten llevarlo suelto. “Si lo usara de esa forma les dijera a los demás que es natural y muy lindo”, asegura.
A diferencia de Shanel, desde temprana edad a muchas niñas se les inculca que su cabello afro es “malo” y difícil de manejar. Se les dice que lo “bonito” es el pelo lacio, una imagen contraria a la realidad de un país de mulatos y mulatas.
Teresa García, salonera con más de 10 años de experiencia, dice que procesar el cabello no es “muy bueno” para las niñas, pero que los padres que decidan alisarlas deben hacerlo después de los 12 años.
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UN PROBLEMA QUE DATA DE AÑOS
De acuerdo a la maestra y experta en negritud Celsa Albert, en su libro “Mujer y esclavitud”, las adjetivaciones despreciativas al fenotípo dominante negro, en una sociedad racialmente mulata como la dominicana, han traído como reacción en la mayoría de las mujeres alisarse el pelo desde la temprana infancia y en el uso exagerado de cremas blanqueadoras por doloroso que sea este proceso.
“Las razones de este comportamiento las encontramos en otras adjetivaciones peyorativas para su pelo y color, tales como greña, pimienta, negra, prieta, haitiana, etc.”, afirma Albert.
Estas limitaciones -en cuanto al cabello y color de las niñas- pueden extenderse hasta la madurez y la selección de pareja o de trabajo, por lo que ocasionan problemas de autoestima y auto-aceptacion.
Aceptar los rizos desde pequeñitas
Giselle Abel, madre de Leyla, ha experimentado los prejuicios de una sociedad en la que el pelo ‘natural’ no posee mucha aceptación.
“Mi hija llegó de Canadá a los tres años sin ningún tipo de complejo, porque allá se tiene mucha diversidad de personas y menos prejuicios. Aquí se tuvo que adaptar a una sociedad que se rige por un estándar de belleza opuesto a nuestra realidad de mezcla de razas y clima tropical. Al inicio fue difícil, pues ella quería tener el pelo largo, lacio y rubio, entendiendo que eso es ser linda”, afirma.
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