
Soy consciente de que yo sola, no puedo darles a las nuevas generaciones de mujeres negras: valor, autoestima, fuerza coraje, ambición, ganas de luchar y sobre todo ganas vivir.
Con el desagradable panorama que se encuentran día a día en la calle y en sus vidas.
Esa es la razón, por la que hoy, de nuevo siento la urgencia de volver a escribir un post como este, y pediros ayuda. Porque muy a pesar mío es muy necesario. Puesto que nuevo, estamos viviendo el auge de la intolerancia en las calles de nuestras ciudades. Donde se va a la caza del emigrante, de la mujer, del gay. O cualquier persona que los racistas, homófobos, integristas, no consideren un igual. Son estas mismas personas que se empeñan en cosificar a la mujer negra, convirtiéndola en un elemento de burla. Ya sea como objeto sexual o una aprovechada, que se mete en una patera con la sola intención de venir a parir, gorronear de los servicios médicos o a ejercer de prostituta. Porque al parecer, esa es la única profesión que conocemos y que podemos ejercer siendo mujeres y negras. Esta gente es la misma que nos insulta, ofende, se ríe de nosotras hijas convirtiéndoles en meras pandilleras, ladronzuelas o niñas promiscuas cuyo aspiración final, es acabar en las calles vendidas su cuerpo. Pero también son los mismos hombres que ofrecen dinero a nuestras niñas en las calles mientras cargan sus mochilas llenas de sueños infantiles. Esos maridos que se jactan de acostarse con mulatas en cuba y con negras en la oscuridad de la noche. Pero que de día caminan dignos cogidas de las manos de sus mujeres. Que a menudo por no decir siempre nos miran con desprecio. Como si alguien les hubiese dicho que ellas llevaron en su vientre al primer hombre que camino sobre la tierra y no la mujer negra a la que menosprecian, maltratan con sus miradas y palabras. Esas que cuado pasas por su lado agarran al marido, novio junto al bolso como si se los fueras a robar. Que sujetan con fuerza como si te fueras a lanzar de un momento a otro sobre ella y llevarte sus dos posesiones más valiosas. A menudo, me paro a reflexionar. Y me pregunto si ese gesto que llevan a cabo con tanto orgullo es un tic. Como el de elevar la ceja, o tocarse la nariz continuamente. La mayoría de esas mujeres que se creen mejor todas las demás mujeres no blancas.

El trabajo de los intolerantes, es el de hacerte sentir inferior. El tuyo es no dejarles e ignórales
Se olvidan de que entre nosotras hay: premios noveles, escritoras, abogadas, arquitectas, músicas, médicos, gimnastas, ingenieros, programadores, astronautas, investigadoras, etc. Y que conste, que no niego que hay algunas de nosotras que lo tienen muy difícil. Tanto que se ven obligada a poner su vida en peligro subiéndose a una patera huyendo de la guerra. Pero esas, son precisamente las que me dan las fuerzas para escribir este post. Porque no siembre fueron mujeres e hijas de la patera. Tuvieron una vida y unos sueños que se les fueron robados a punta de pistola por señor de la guerra. Pagados por esos mismos que ahora les humillan, y que les dan la mano con gusto. Hoy con este post quiero reivindicar una vez más los sueños robados de esas mujeres. Y el derecho que tienen a recuperarlos. Vengo explicar a esos que aún no se han enterrado: de que el mundo no les pertenece solo a ellos. Que él privilegió de considerarse humano no lo da el color, el sexo y mucho menos el desprecio a otros. Más importante aún. Quiero dejarles claro, de que: este artículo no es sobre ellos. Si no sobre nostras las mujeres negras, mestizas y de como nos sentimos, ante la demonización de nuestra persona. Algo que hemos asumido pero, no aceptado. Puesto que estamos dispuestas luchar por nuestro lugar en este mundo que sin permiso alguno, ellos consideran suyo. Porque nosotras también tenemos una bandera que reivindicamos. Y tenemos derecho plantarla en esta tierra y que ondee al viento. Hemos luchado por ella y tenemos derecho a disfrutar de esa victoria. Y, cuando hablo de mujeres negras. Me refiero a toda mujer que tenga una gota de sangre negra en su cuerpo. Porque aunque en algunas de ellas no se note. Siempre habrá alguien que les recuerde esa gota de sangre negra. Como si fuera un estigma que llevan consigo por la vida. Cuando en realidad no es más que una parte de su persona. Como lo son el cerebro, sus ojos, labios, brazos, riñones, pulmones y por su puesto el corazón, Como cualquier extremidad esa gota de sangre negra tiene una función que debes abrazar. Es posible que a veces esa gota de sangre te moleste, porque te causa problemas y quieras librarte de ella. No porque lo sea, sino porque algunas personas han decidido que te convierten en menos humana. Pero, quiero que recuerdes que esa gota de sangre negra es parte de una fuerza milenaria. Heredada de mujeres y hombres cuya valentía y personalidades hicieron que se enfrentaran al exterminio, a la esclavitud, y vencieran. Quizás no todos ellas, estén en los libros de historia o ninguno de ellas. Pero la destreza el orgullo, la lucha, la reivindicación de ser quienes nacieron para ser. No las dejaron encadenadas a oscuras en los barcos que atravesaban los mares hacia lugares desconocidos. Tampoco, en las plantaciones, bajo los látigos de los señores de la esclavitud y la explotación. Tampoco las pateras ni el mar, impedirán que algunos de los sueños de esas mujeres florezcan en tierra firme gritándolos en lenguas que antes les eran desconocidas. Sí, la guerra, el mar ha hecho que pospongan sus sueños. Pero no los han olvidado y pronto los mostraran al mundo y los gritaran con fuerza. Y aquellos, que les llamaron, putas, monos, incultas, pobres, invasión de parásitos, ratas que solo saben parir y vivir del estado. Vosotros los herederos los negreros, violadores, amos y dueños de vidas y almas ajenas. Esos hijos de la esvástica, que habéis sustituido las cadenas por un machete, una patera o una habitación oscura. Vosotros, si vosotros. Queráis o no, escucharéis su grito de victoria y de liberación cuando: se gradúen con matrículas de honor en las universidades, cuando se sienten en los parlamentos, diseñen coches, creen programas de ordenadores, abran vuestros corazones y los cierren de nuevo, eduquen a sus hijos. Entonces no os quedará más remedio que asumir que, nostras las mujeres negras ya hemos estado miles de veces en el infierno del odio y hemos resurgido como el ave fénix. Es cierto que muchas también se han quedado por el camino. Sería inocente pensar que eso nunca sucedería, puesto que esto es una lucha. Estamos en guerra con aquellos que han planificado sistemáticamente, no solo con acabar con nuestra presencia en cualquier formato visible de esta sociedad, También con nuestra vida. Decir que ninguna quedara atrás. Sería engañarnos y no ser realista. Una guerra es una guerra y nunca se sabe quienes de nosotras va a poder echar el vuelo y resurgir entre las cenizas del odio. Pero si debemos asegurarnos de que las que alcen el vuelo y lleguen a tierra firme, Sepan que su misión es reivindicar una nueva mujer negra: más fuerte, bella, segura de sí misma. Y menos preocupada por las mentiras de sus detractores. Debes centrarte en ser más, estudiosa, emprendedora, deportista, empresaria, madre de sus hijos. Porque, aunque no has nacido con el privilegio de ser Blancanieves. Si conoces la ira, el odio y las trampas de los malvados, brujas, que llenan este mundo. Solo recuerda, no morder la manzana de un extraño. Si no escoger tu misma la tuya. Esa será tu primera misión y la segunda recordar que eres importante para aquellas que han nacido y nacerán. No es necesario que crees un ser humano. Solo procura no destruir ninguno y tampoco dejar que nadie te destruya con sus estereotipos y mentiras repetidas hasta la saciedad.
Eso es todo mis Curly Espero que os haya gustado este post. Recuerda que disponemos de una asesoría personalizada individual y una suscripción mensual y anual
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